Movimiento Slow. El dia que decidi tomar la siguiente salida.
Era junio del 2016 y estaba preparando una clase para mis alumnos cuando me encontré con una acción publicitaria que proponía que una pareja pasar 40 días en su cama, pero genarando contenido acerca del movimiento slow. Tenian visitas dónde se tocaban distintos temas relacionados con la ecología, el yoga, la meditación. Ni bien terminé de verlo, dije. Yo quiero eso!
Como todos, arranqué investigando en redes, pero el universo, pocos dias después puso en la vidriera de un negocio de libros usados "Elogio a la Lentitud" de Carl Horné.
Leyendo me enteré que el movimiento arranca en Italia con la slow food, como repuesta al crecimiento de los locales de fast food, proponiendonos volver a disfrutar de la acción de cocinar y de comer. De no sólo hacerlo para alimentarnos, sino hacerlo de una forma consciente.
Más adelante fue creciendo hacia otras actividades y nacio el slow fashion y hasta los pueblos slow.
En ese momento, mientras buscaba las sitios slow del mundo, me imaginaba viviendo en un lugrar donde no hubiese edificios, ni asfalto, ni bocinas, ni embotellamientos. Dónde se llegase a todos lados caminando y el verde sea más verde y el aire más puro.
Y fue un punto de no retorno. No iba a conformarme con nada menos. Iba a salir de la vida que llevaba, la vida que sentía, me estaba asfixiando.
De todas formas, me encantaría decirles que ya estoy viviendo en la casa de mis sueños. Pero no...todavía.
Aunque adoptar la vida slow no depende exclusivamente del lugar que te rodea. Podés adaptarla a cualquier contexto. Sólo al bajar la velocidad, dejar de usar reloj, dejar el celular apagado cuando estás con la familia u amigos. Podés vaciar tu agenda para regalarte una larga ducha y reacomodar tus prioridades desde el disfrute de estar presente en cada momento, sin que tu mente se vaya de paseo.
Hoy mi hija plantó una semilla de limón que dejó germinar, ojalá pudiera describirles la felicidad en su rostro. Y aunque no dudo que estaba ansiosa porque naciera, no la escuché gritarle que se apurara. La semilla tenía sus tiempos y nosotros también.
Por dónde emperzar? Deja de glorificar el estar ocupado, date espacio para vivir sin saltar de actividad en actividad en automático.Y escucha a tu cuerpo, él es sabio y si le das una oportunidad te dirá no sólo a dónde quiere ir, sino cómo quiere hacerlo.
Foto:
<a href='https://www.freepik.es/fotos/cafe'>Foto de Café creado por cookie_studio - www.freepik.es</a>
Como todos, arranqué investigando en redes, pero el universo, pocos dias después puso en la vidriera de un negocio de libros usados "Elogio a la Lentitud" de Carl Horné.
Leyendo me enteré que el movimiento arranca en Italia con la slow food, como repuesta al crecimiento de los locales de fast food, proponiendonos volver a disfrutar de la acción de cocinar y de comer. De no sólo hacerlo para alimentarnos, sino hacerlo de una forma consciente.
Más adelante fue creciendo hacia otras actividades y nacio el slow fashion y hasta los pueblos slow.
En ese momento, mientras buscaba las sitios slow del mundo, me imaginaba viviendo en un lugrar donde no hubiese edificios, ni asfalto, ni bocinas, ni embotellamientos. Dónde se llegase a todos lados caminando y el verde sea más verde y el aire más puro.
Y fue un punto de no retorno. No iba a conformarme con nada menos. Iba a salir de la vida que llevaba, la vida que sentía, me estaba asfixiando.
De todas formas, me encantaría decirles que ya estoy viviendo en la casa de mis sueños. Pero no...todavía.
Aunque adoptar la vida slow no depende exclusivamente del lugar que te rodea. Podés adaptarla a cualquier contexto. Sólo al bajar la velocidad, dejar de usar reloj, dejar el celular apagado cuando estás con la familia u amigos. Podés vaciar tu agenda para regalarte una larga ducha y reacomodar tus prioridades desde el disfrute de estar presente en cada momento, sin que tu mente se vaya de paseo.
Hoy mi hija plantó una semilla de limón que dejó germinar, ojalá pudiera describirles la felicidad en su rostro. Y aunque no dudo que estaba ansiosa porque naciera, no la escuché gritarle que se apurara. La semilla tenía sus tiempos y nosotros también.
Por dónde emperzar? Deja de glorificar el estar ocupado, date espacio para vivir sin saltar de actividad en actividad en automático.Y escucha a tu cuerpo, él es sabio y si le das una oportunidad te dirá no sólo a dónde quiere ir, sino cómo quiere hacerlo.
Foto:
<a href='https://www.freepik.es/fotos/cafe'>Foto de Café creado por cookie_studio - www.freepik.es</a>
Qué gráfico y que lindo lo de la semilla de limón, algo tan simple pero que muestra que lo esencial no se puede apurar. Tenemos que volver a conectar con lo importante, con lo que no se puede apurar.
ResponderEliminarEs un elcción, a veces nos olvidamos que la vida es más simple de lo que creemos o de lo que nos dijeron que era. Cariños.
EliminarAy me ha encantado de verdad!
ResponderEliminarMe alegro muchísimo!!! Te mando un abrazo.
Eliminar